lunes, 19 de julio de 2010

GRANDES CORRIENTES DE LA FILOSOFÍA MODERNA

La revolución que se gesto en el renacimiento, conlleva lógicamente a una serie de cambios en el modo como los hombres concebían, siendo inherente a ello una critica a las ideas. De esta forma las sólidas estructuras medievales pierden su fundamento, ya la razón no se presenta como una servidora de la teología (sin razón), el planteamiento ahora es otro, la razón cumple el papel de guía del conocimiento natural, la razón no se pierde en la penumbra de la metafísica y la naturaleza abre sus secretos al hombre, surgiendo así, una filosofía natural.
Se da un giro vertiginoso de 180° grados, ya el interés no es el ser ni Dios, lo que preocupa, son el sujeto y la naturaleza. Aparece entonces dos formas de plantear la filosofía, cada una con identidad propia, una filosofía de la subjetividad y una filosofía natural; de la primera se desprenden dos caminos: El racionalismo y el empirismo; mientras que de la segunda surgen Galileo, Kepler y Newton con la explosión de las ideas científicas, fundamentadas en el papel que comenzó a ocupar el espíritu geométrico en el conocimiento de la naturaleza.
surgen las nuevas visiones científicas sobre el universo. Los cambios en el pensamiento modernista van a estar enmarcados básicamente por el anhelo vehemente de establecer nuevos métodos científicos y filosóficos, diferentes de los ya conocidos. El empirismo encabezado por Francis Bacon, se desarrolló en Inglaterra, mientras que el racionalismo, liderado por Rene Descartes, floreció en Francia.
Bacon partiendo del amor por las ciencias naturales y la experimentación, llevó a la filosofía por los caminos del Empirismo y el sensualismo. Descartes por su parte partiendo del amor por las matemáticas y los conocimientos exactos la llevo por los caminos del idealismo y el racionalismo. En cada una de las corrientes encontramos filósofos distinguidos: en el Empirismo se destacan Tomas Hobbes, John Locke, George Berckeley y David Hume; En El Racionalismo: Malebranche, Leibniz, Pascal y Espinosa.
Características de La Época: Entre los siglos XV y XVIII se presenta el derrocamiento de la formación social feudal y como consecuencia de ello surge con todas sus manifestaciones la formación social capitalista; la transformación se presenta a nivel del campo, la industria y el comercio; revolución que conlleva al hombre a cambiar el modo de concebir el mundo; movimiento que se gesta desde el mismo instante en que se inaugura el renacimiento y que tuvo sus raíces a partir de las revoluciones sucesivas de Copérnico, Galileo, Newton y otros. El hombre redescubre el universo que le rodea, lo ve como una Naturaleza Nueva. Con el advenimiento de la filosofía subjetiva, el planteamiento filosófico se torna de carácter epistémico, es decir todo gira alrededor del problema del conocimiento, Dios ha pasado a un segundo plano la visión fatalista y titiritera es cambiada por una de corte más humano y relojera.
Con el nuevo interés filosófico, la contemplación por sí misma pasa a un segundo plano, ya no se concibe la especulación sino es en función de su relación con la naturaleza. Francis Bacon y Rene Descartes surgen como grandes descubridores de: La observación directa de la naturaleza, y el desplazamiento de la autoridad tradicional como criterio de verdad por la subjetividad. Y son ellos mismos quienes construyen como instrumento de conocimiento el MÉTODO sin antes, dirigir sus críticas al conocimiento dado por la tradición.
Ahora bien surgen como interrogantes, el por qué surge en Inglaterra una filosofía de corte empírista y en la Europa continental un racionalismo de corte científico y epistemológico en Francia, y aún más uno de corte ético y moral en Alemania. Para responder estos interrogantes es necesario determinar las condiciones históricas que determinaron el nivel de desarrollo de cada sociedad.
En Inglaterra la burguesía evolucionó rápidamente y detentó no sólo el poder económico sino el político también (parlamento). Esta incipiente burguesía choca con una nobleza que había desarrollado una gran actividad económica y que opondría una fuerte resistencia al desplazamiento total del poder, por lo que el conflicto culmina con una especie de alianza. Tenemos entonces, que el pensamiento inglés es de carácter sensualista y empírista en la medida en que la burguesía aceptó la realidad que la rodeaba; resultaba más práctico desarrollar la actividad económica que centrarse en una lucha política, que para nada los favorecía en un posible desarrollo.
Por el contrario en Francia, la burguesía después de ciertas alianzas tácticas con la monarquía, terminó eliminando el sistema feudal, con todos sus vestigios de nobleza. La revolución francesa de 1789, es el triunfo definitivo del tercer estado y su advenimiento al poder. El pensamiento se preocupó por la verdad teorética, por la epistemología y las matemáticas; es un intento desesperado de explicarse todo a partir de la razón.
Los Alemanes por su parte permanecen en una especulación teórica, en efecto ellos pensaban en la libertad como ideal, pero el conjunto de la sociedad no luchaba por ella; la preocupación de los filósofos alemanes se orientó hacia las categorías relacionadas con la ética, se preocupaban por las leyes morales como producto de la voluntad y de la autonomía del hombre.
Francis Bacon y el Método Científico: Antes que nada es necesario tener presente que a Bacon no es posible calificarlo de filósofo como lo fue Descartes, ni de científico como lo fue Galileo; ante todo él es un metodólogo, quizás el primero que planteo de forma sistemática una metodología de la investigación científica. Su mayor anhelo era escribir Instaurata Magna (La Gran Restauración), proyecto dividido en seis obras, de las cuales escribe solamente dos, la primera publicada en 1605 y título El avance del Saber y que se divide en dos partes: Alabanza de los Saberes y Clasificación de los Saberes; y su obra máxima, el NOVUM ORGANON en el cual propone un nuevo instrumento útil para interpretar la naturaleza, y en el que combate el Organum (lógica) aristotélico que se fundamentaba en el razonamiento deductivo y más propiamente en el silogístico que nada nuevo agrega al conocimiento y por lo tanto no permite una interpretación de la naturaleza.
Las otras dos partes de la Gran Restauración, que Bacon no logró terminar fueron: La Historia Natural y La Escala del Intelecto. Sin embargo, hacia el año de 1625 una de las tres utopías mas famosas de la historia, de carácter científico y que título la Nueva Atlántida (las otras dos utopías son: La ciudad del sol de Campanella y Utopía de Tomás Moro). En el año de 1626, muere a raíz de resfriado, sin poder terminar sus proyectos.
El Organum de Bacon consta de dos partes escritas en forma aforística; la primera que se conoce con el nombre de Pars Destruens, hace una profunda critica a la tradición, insistiendo en la inutilidad de la ciencia y la esterilidad de la lógica deductiva, exponiendo por lo tanto la necesidad de un método; ésta idea, la desarrolla Bacon a través de su famosa teoría de los ídolos. La otra parte del Organum conocida con el nombre Pars Preparans, expone y edifica arquitectónicamente el método inductivo (propio de las ciencias).

El Problema de los Idolos: Al plantear el problema del comienzo del conocimiento científico en términos de mera observación, se encuentra de inmediato con una serie de obstáculos que Bacon denomina Idolos los cuales son como una especie de prejuicios, que además de los ya anotados de la filosofía, intervendrían en el conocimiento de la realidad, prejuzgando el sentido de ella y obstaculizando una observación pura de sus fenómenos y sus leyes. Según Bacon existen cuatro tipos de ídolos que intervienen en el conocimiento, a saber: de la tribu, de la caverna, del teatro y del foro.
Los Idolos de la Tribu: Son los ídolos del género humano en cuanto se piensa que el hombre es la medida de todas las cosas, siendo por el contrario el entendimiento humano el que deforma, en cierto modo, las impresiones fieles que deberíamos tener a través de los sentidos. Se señala aquí la pertenencia del hombre a cierta tradición social y cultural que de una u otra forma determina el sentido de su conocimiento y que no son más que prejuicios, dogmatismos e ideologías preconcebidas afectan la observación pura y objetiva.
Los Ídolos de la Caverna: Son los ídolos de la individualidad; además de su pertenencia a la especie humana, el científico es una individualidad en sí con su historia personal, sus inclinaciones y su sensibilidad propia. La propia subjetividad interviene también en el conocimiento, contaminándolo con elementos que no proceden de la observación de la realidad. Bacon antecede lo que más tarde va a ser la problemática del sicoanálisis.
Los Ídolos del Foro: Son los más problemáticos por estar relacionados con el lenguaje. Allí nos encontramos en comunicación y mediante ella designamos los objetos por nombres que corresponden más a su uso tradicional y vulgar que a lo que son las cosas realmente. En la interrelación con los demás (mediante el lenguaje) las cosas no son lo que la realidad son, sino como dicen que son. Aquí se plantea de nuevo un problema epistemológico definitivo: el lenguaje y la comunicación como mediaciones necesarias del conocimiento.
Los Ídolos del Teatro: Son los ídolos culturales en general y en particular, los diversos sistemas filosóficos. Se trata aquí de los prejuicios sustentados por falsas concepciones del mundo e interpretaciones de la realidad que se presentan como sistemas de conocimiento cosmovisiones, etc.; y es que ciertamente una concepción acrítica de la cultura significa estar como en un teatro y concebir la vida como una mera representación.
Una vez planteada la necesidad de abandonar la metafísica y de criticar los ídolos para poder obtener un conocimiento objetivo de la realidad, Bacon propone la metodología del conocimiento científico (Inducción). Donde el término método significa camino, se trata por lo tanto de encontrar e camino que nos lleve al verdadero conocimiento de la realidad; ese camino debe empezar por la observación de los fenómenos de la realidad la cual es pasiva y receptiva en donde el objeto se ofrece al conocimiento como un conjunto estático de datos observables.
Junto a Francis Bacon, encontramos al científico italiano Galileo Galilei como los grandes creadores del nuevo método científico de la Inducción, perfeccionado siglos más tarde por el inglés Stuart Mill, y donde las ciencias alcanzaron notables progresos, que incluso han llevado al hombre a los grandes adelantos científicos y tecnológicos que hoy en día conocemos.

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