miércoles, 21 de julio de 2010

RENE DESCARTES Y EL RACIONALISMO FRANCÉS

RENE DESCARTES: Nació en La Haye (Francia), educado por los jesuitas y considerado por la mayoría de los críticos como el verdadero iniciador de la filosofía moderna, por sus aportes al pensamiento modernista y que conciernen específicamente a la filosofía kantiana, como es el caso, el de proponer como problema central de la filosofía el problema del conocimiento; el segundo punto de relevancia, es la introducción del concepto del Yo y con el la nueva concepción de una filosofía subjetivista.
Se destaco también por ser un gran matemático, creador del cálculo infinitesimal; escribió muchas obras tanto científicas como filosóficas, entre las que se destaca: “El Discurso del Método”, “Meditaciones sobre Metafísica” y El “Tratado sobre las Pasiones”.
Impulsado por el espíritu vehemente de establecer nuevos métodos científicos y filosóficos, diferentes de los ya conocidos, pretendió crear un nuevo método, basado en el método propio de las matemáticas, con el fin de darle a las cuestiones filosóficas una mayor certeza. Para lograr dicho objetivo y evitar el peligro de afirmaciones falsas, comenzó por dudar de todo y sobre ésta base negativa construyó todo su sistema filosófico por medio de deducciones sucesivas. Éste sistema filosófico cartesiano se conoce con el nombre de “Duda Metódica Universal.
La Duda Metódica Cartesiana: Descartes, movido por la idea de que en la Filosofía no hay cosa que no se haya discutido y que en consecuencia no sea dudosa, rechaza la opinión de todos los filósofos que lo precedieron; desecha también no sólo la información brindada por los sentidos sino también la de la razón y por ende los primeros principios que ella nos da a conocer, y el de la misma conciencia, aludiendo que en ellos cabe el error. Descartes extiende la duda metódica a todo, sin embargo descubre que hay algo de lo cual no puede dudar de que se duda y por ende tampoco puede dudar de su existencia; de ésta conclusión postula el famoso principio base de toda su filosofía: “Cogito Ergo Sum” (pienso luego existo). A éste principio lo cataloga como el principio de evidencia: “Lo que se ve en la idea clara y distinta de una cosa, se debe afirmar de ella.”
A partir del principio de evidencia deduce la existencia de Dios, retomando el argumento de san Anselmo, “En la idea de Dios vemos claramente la idea de existencia”, percibimos a Dios como un ser perfecto y la idea de perfección incluye la idea de existencia, sino fuera así no sería perfecto. De la existencia de Dios, deduce la veracidad de las facultades, pues sería impensable que Dios nos hubiera engañado dándonos facultades que nos llevan al error. Por lo tanto existe la certeza.
La base de todo su pensamiento aparece desarrollado en la obra “El Discurso del Método”, en la que desarrolla como tema central, el problema del método. Para su análisis, Descartes parte del Yo individual, enfocado como un problema epistemológico, es decir un problema del conocimiento; ya no se trata de una cuestión ontológica, en donde la filosofía se pregunta por la naturaleza del ser, sino por la naturaleza del conocimiento; se trata de investigar sobre nuestro modo de conocer, pero no se trata del conocimiento que tenemos de los objetos, sino de la forma que tenemos de conocerlos (como sujeto conocente).
EL Discurso del Método: Obra máxima, en donde Renato Descartes sintetiza su pensamiento. Consta de seis partes: En la primera Parte, elabora una breve síntesis autobiográfica, en la que cuenta su vida intelectual, y un examen de las ciencias; en la segunda parte enuncia las cuatro reglas del método; en la tercera, hace referencia a las reglas morales; en la cuarta, las pruebas de la existencia de Dios y del alma humana; en la quinta desarrolla las cuestiones físicas y, en la sexta, desarrolla las condiciones necesarias para la investigación.
Descartes quiso inyectarle a todas las cuestiones la mayor evidencia posible, para ello estableció cuatro reglas:
Regla de la evidencia: No aceptar como cierta ninguna verdad sin conocerla con plena evidencia.
Ley del análisis: Dividir las cuestiones en tantas partes como fueran convenientes para resolverlas, de esta forma se halla lo evidente.
Ley de la Síntesis: Ordenar los conocimientos comenzando por lo más sencillo hasta llegar a lo más complejo y así ascender en el conocimiento.
Ley del Control: Revisar y enumerar frecuentemente, para no omitir ningún punto de vista.
Descartes coincide con Bacón en que el mayor logro de la ciencia es el descubrimiento de las leyes generales, es como el vértice del triángulo, con la diferencia de que Bacón lo hace de una forma inductiva y Descartes de forma deductiva; asumiendo el quehacer matemático, como una ciencia universal, en la que aplica el método de la duda, como esquema que le sirvió para definir las reglas que le han de servir como instrumento para descubrir la verdad y dirigir la razón, según las cuatro reglas del método que lo conducen lógicamente a la evidencia intelectual, en donde lo claro es lo que se presenta de forma inmediata a la mente y lo distinto es lo que es per se.
La filosofía, le llevó a incursionar en los campos de la ciencia, las matemáticas, la geometría y la anatomía; elaborando explicaciones complejas y erróneas de diversos fenómenos físicos, explicaciones, que cobraron valor al sustituir los vagos conceptos espirituales de la mayoría de los autores clásicos por un sistema de interpretaciones mecánicas de los fenómenos físicos. Aunque al principio estuvo próximo a la teoría de Copérnico sobre el Universo, con su idea de un sistema de planetas giratorios moviéndose alrededor del Sol, renunció a esta teoría cuando fue considerada herética por la Iglesia católica, y en su lugar ideó la doctrina de los vórtices o torbellinos de materia etérea, en la que el espacio estaba pleno de materia, en diversos estados, girando sobre el Sol.
En el campo de la fisiología, sostuvo que parte de la sangre era un fluido misterioso, al que llamó espíritu animal. Creía que el espíritu animal entraba en contacto con la sustancia pensante en el cerebro y fluía a lo largo de los canales de los nervios para animar los músculos y otras partes del cuerpo. Creía también firmemente en la existencia del alma humana, la cual según él, debía residir en la silla turca.
Los estudios que realizó sobre óptica le llevaron al descubrimiento de la ley fundamental de la reflexión; el ángulo de incidencia es igual al ángulo de reflexión. Siendo su ensayo sobre óptica el primero que publicó una exposición de esta ley. Estos estudios de Descartes, prepararon el terreno para la teoría ondulatoria de la luz.
La contribución más notable que hizo Descartes a las matemáticas fue la sistematización de la geometría analítica. Fue el primer matemático que intentó clasificar las curvas conforme al tipo de ecuaciones que las producen, y contribuyó también a la elaboración de la teoría de las ecuaciones. Descartes fue el responsable de la utilización de las últimas letras del alfabeto para designar las cantidades desconocidas y las primeras letras para las conocidas. También inventó el método de los exponentes (como en x2) para indicar las potencias de los números. Además, formuló la regla, conocida como la ley cartesiana de los signos, para descifrar el número de raíces negativas y positivas de cualquier ecuación algebraica
Por último podemos decir que con Descartes surge de forma explícita la Epistemología como tal, la cual centra su punto de vista en el conocimiento racional y perfecto; él consideraba que la fuente del conocimiento se hallaba en la razón. Los postulados cartesianos encontraron eco en otros filósofos posteriores, con los cuales se desarrolla la Corriente Racionalista Idealista; entre esos filósofos destacamos a: Nicolás Malebranche, Baruch Espinosa y Godofredo Leibniz.

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